En cierta ocasión, un dragón jugetón bajó del cielo, se sumergió en un
lago y, al ver a sus habitantes moverse grácilmente en el agua, se trasformó en pez.
Un viejo pescador le dio un arponazo en el ojo y el dragón, tuerto, fue a los dioses para quejarse de lo ocurrido.
Estos le contestaron riendo:
- Si te disfrazaste de pez, no nos estraña que un pescador te hiera. ¿ Cómo se te ocurre culparlo?
Liu Xiang
1 comentario:
Hola, Jordi, ja fa alguns dies que miro aquest blog de tant en tant i m'agrada llegir i reflexionar sobre el que hi posa. Aquest conte del drac és adequat pel dia de Sant Jordi, per això aprofito per felicitar-te el Sant.de Rosa Bessó.
Publicar un comentario